
TAROT DEL PÁRAMO


A pesar de que La Estrella y La Luna simbolizan el preámbulo de una nueva vida, fueron períodos distintos de depresión profunda, pero necesarios en el proceso de incubación del nuevo ser, quien bajo la energía del Sol, ahora puede ver la claridad total; recuperado del “estado de alineación interna impuesto por la civilización”, el héroe conecta con el lado perdido de su ser interior, un aspecto del sí-mismo que hace posible la experiencia directa con la trascendencia.
A diferencia de la luna, el sol mantiene siempre su forma, por lo que representa la promesa de un nuevo día con total seguridad; esta es la razón por la cual en el tarot, algunas de las características del arcano XVIIII apuntan a una energía primordialmente positiva, se podría decir que es el momento en el cual el héroe reconoce su propio cuerpo y todo cuanto le rodea de una forma distinta que lo motivará a actuar en consecuencia, una actitud tan necesaria en los tiempos caóticos de hoy.
Al igual que los dos arcanos anteriores, la nueva versión del Sol se muestra desde la perspectiva del héroe, quien yace en el suelo recién nacido, y al abrir los ojos contempla un escenario tranquilo, con el cielo despejado en donde el astro rey se impone glorioso, atrayendo con su energía la atención de unas flores amarillas como los rayos del sol, un escenario que evoca la idea de una nueva vida clara, consciente y optimista.