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XVIII. LA LUNA

La luna ha sido venerada durante generaciones por distintas culturas alrededor del mundo. Se podría comparar a este satélite como el espejo en el cual se reflejan muchas de las deidades que la humanidad conoce, además de representar el arquetipo materno por excelencia, su propio aspecto femenino ha sido asociado al caos y al misterio del cual el ser humano ha venido huyendo desde siempre. La personalidad de la madre luna no siempre es estable, pues al igual que su apariencia, se transforma constantemente; cuando en un momento brilla en todo su esplendor, pasan los días y desaparece, dejando a sus hijos en completa oscuridad.

Antes de la dominación incaica, la veneración a la luna fue una característica principal de la cultura cañari, quienes la veían como un ser vivo, susceptible a las dolencias que experimentan los humanos. La adoración de los cañaris hacia la luna denotaba un arraigo importante al arquetipo materno, para ellos, esta tenía un rango más importante que el sol, pues su significado femenino conectaba directamente con la fecundidad, así, “la tierra, la tullpa, la chakra y algunos cerros son representaciones femeninas; además, las fases lunares son consideradas en relación a las actividades como lavar, desyerbar, podar, sembrar, etc.” (Zaruma, 2006); queda como evidencia la placa perdida de oro encontrada en La Huaca de Patecte, en Chordeleg, donde se plasman los principales símbolos religiosos de los cañaris, y en donde la luna es venerada de manera particular.

       El arcano XVIII simboliza en parte esa relación especial que tuvieron los cañaris con la luna, pues aquel contacto estrecho contribuía al bienestar de los seres humanos, física y espiritualmente. En lo concerniente a la inestabilidad que este arquetipo representa, la carta de La Luna ilustra un ambiente a la vez depresivo y solitario, que se podría entender como el límite entre la oscuridad y la iluminación, como el momento en el cual el héroe está a punto de renacer, pero antes echa un vistazo a su pasado prehistórico, y de repente se siente invadido por la nostalgia.

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